Como comentaba la semana pasada, el post me había quedado demasiado largo, así que tuve que dividir mi lista de las obras de arte que más me han impresionado.
Aquí continúa:
San Vitale en Rávena (521-532), anónimo

Rávena (o Ravenna, en italiano) es una ciudad pequeña y tranquila en la costa del Adriático. No hay tantos turistas como en otras muchas ciudades de Italia y cuando uno pasea por la calle no se ven edificios tan espectaculares como en Florencia o Venecia. Sin embargo, esta ciudad tiene un tesoro que no existe en ningún otro lugar: conserva una serie de iglesias bizantinas cubiertas de espectaculares mosaicos en sorprendentes buenas condiciones. La mayoría de iglesias bizantinas con sus respectivos mosaicos se han perdido, pero un pequeño grupo de edificios del siglo VI se conservan casi a la perfección en Rávena.
Rávena fue el centro del poder bizantino en Italia entre los siglos VI y VIII. San Vitale es una iglesia atípica porque tiene planta de octógono, no de cruz latina, como prácticamente todas las iglesias cristianas. Además, hay un gran contraste entre el interior y el exterior. Por fuera parece un sencillo edificio de ladrillo. Por dentro está completamente cubierta de mosaicos dorados y pinturas murales. La sensación en el interior es la de estar en un edificio circular, puedes verlo todo a la vez, algo que no ocurre con las iglesias de tres naves. Es muy alta, con varios pisos, y te ves rodeado de bóvedas y balcones con columnas, todo decorado en color.

Lo más espectacular del templo son los mosaicos, en particular los que muestran al emperador Justiniano y la emperatriz Teodora (el mejor de todos en mi opinión) rodeados de sus séquitos y portando ofrendas. El nivel de detalle y el brillo de los colores es asombroso, y el efecto del conjunto con el Cristo en el ábside, entregando una corona a San Vitale sobre un fondo dorado, es sublime.
Había estudiado esta iglesia en mis clases de Historia del Arte, pero verlo en persona fue completamente diferente. No me esperaba la calidad y nivel de detalle, ni lo increíblemente bien conservados que están teniendo en cuenta que tienen 1500 años de antigüedad. El aura dorada sobre las bóvedas, y el hecho de todas las paredes estén decoradas ,crea un efecto de gran belleza. Cuando entré dentro me quedé con la boca abierta. Las personas a mi lado se quedaron igual y no pudimos evitar comentarlo entre nosotros aunque no nos conociéramos.
En general, las iglesias no son uno de mis ejemplos favoritos de arquitectura (¡excepto las góticas!) pero en este caso tengo que decir que es uno de los edificios más bonitos que he visto nunca.
Crown Fountain (2004), Jaume Plensa
Descubrí a Jaume Plensa cuando era estudiante porque vi imágenes de esta obra, difícil de definir. No es un edificio, ni una escultura. Es más bien una instalación permanente que hace las funciones de fuente, aunque no se parece a ninguna fuente que hayas visto.
Jaume Plensa es un interensatísimo artista que hace esculturas de gran tamaño, normalmente para exhibir en sitios públicos. Son especialmente conocidas sus cabezas gigantes de niñas o sus figuras sentadas. Os recomiendo que vayáis a su página web, porque realmente hay que verlo para hacerse a la idea. Es un artista único.
Plensa ganó el concurso que lanzó la familia Crown para donar una gran fuente a Millenium Park en Chicago. El proyecto costó un fortuna y fue bastante polémico, pero como tantas otras obras de arte que empezaron siendo polémicas, ahora es un lugar querido y popular entre los residentes. Consiste en dos torres de ladrillos de cristal, con una piscina de granito negro entre las dos. Ambas torres muestran imágenes de vídeo en las que se ven diferentes caras de ciudadanos de Chicago, que fueron fotografiados y grabados para la fuente.
De la boca de estos rostros que se mueven, salen chorros de agua de manera intermitente que caen a la piscina de granito. El efecto es una pasada y los niños se vuelven completamente locos en verano, porque pueden chapotear y porque los chorros de agua aparecen y desaparecen por sorpresa, lo que hace que te empapes de repente cuando menos te lo esperas. Es una instalación muy original y crea un ambiente de risas y juego que hace el lugar mágico. El hecho de que haya podido integrarse tan bien en el parque, y de que sea un lugar de referencia para residentes, y visitantes confirma el éxito del proyecto.
Cuando fui a Millenium Park, lo hice buscando la fuente porque tenía muchas ganas de verla. Y no solo no me decepcionó, sino que me encantó. Además, a diferencia de la mayoría de obras de arte que he mencionado, se puede ver de manera gratuita.
Perseo con cabeza de Medusa (1545-1554), Benvenuto Cellini

Benvenuto Cellini es, además de por esta escultura, conocido principalmente por un salero. Un salero muy elaborado, eso sí, que perteneció al rey Francisco I de Francia.
Obviamente no fue lo único que hizo, pero partiendo de que es famoso por un salero, uno no se espera la maestría de su Perseo con cabeza de Medusa en la Loggia dei Lanzi en Florencia. Este espacio al aire libre es algo así como el primer museo del mundo. A mediados del siglo XVI varias obras de arte se colocaron en un lugar público para ser admiradas gratuitamente, un caso único hasta la fecha. Todas son esculturas y entre ellas está el Perseo de Cellini.
El Renacimiento hizo una recuperación ideológica y artística de la cultura clásica. Los mitos y sus héroes eran una parte importante de ese pasado clásico y fueron ampliamente utilizados en el arte renacentista. El Perseo con cabeza de Medusa fue un encargo del duque Cosme I de Medici. Representa el momento en que Perseo se ha enfrentado a la gorgona Medusa, cuya mirada convertía a cualquiera que la mirase a los ojos en piedra. Con ayuda de un espejo, Perseo consigue vencerla y cortarle la cabeza. El momento en que sujeta su cabeza en alto es el que aparece representado en esta escultura.
Es una figura de bronce con un gran dinamismo. El Manierismo sería el preámbulo del Barroco, y las figuras empiezan a tener mucho movimiento. Hasta ese momento las figuras eran bastante más hieráticas. Un efecto interesante es que estas esculturas están hechas para caminar en torno a ellas, para ser observadas en 360º. En la Edad Media la escultura estaba pensada para verse de frente y ni siquiera estaban labradas por detrás.
Sin embargo, el Perseo es muy difícil de fotografiar, porque no hay un plano único que pueda captarlo, tanto si lo ves de perfil, como de frente como de espaldas en una foto, te das cuenta de que falta algo, las fotos no muestran realmente cómo es. Es lo que más tarde ocurriría con las esculturas de Bernini.

Además de la escultura, el pedestal sobre el que se encuentra está ricamente labrado y tiene varias figuritas de bronce que representan a dioses griegos. Cada figurita es una joya, que podría ser independientes del conjunto. En la cabeza de Medusa se aprecia a la perfección como su cabello está hecho de serpientes. Y en un efecto plástico interesante, Cellini quiso plasmar que de la cabeza goteaba sangre, por lo que se ven unos chorros que caen hacia abajo desde el cuello. A sus pies está el cuerpo de Medusa, del que también chorrea sangre.
El encargo de Cosme I podría simbolizar la victoria de los Medici sobre sus adversarios cuando el duque se hizo con el poder en Florencia. Los Medici siempre estaban enfrentados a otras familias poderosas por el control de la ciudad y tuvieron bastante éxito en su empeño. Fueron unos espectaculares mecenas a los que debemos muchas obras maestras.
Las Meninas (1656), Diego Velázquez

Qué se puede decir de las Meninas que no se haya dicho ya. Una pintura espectacular, un retrato de la familia real española en el siglo XVII que es mucho más que un retrato. Un obra llena de significados, de poder, del carácter de los personajes (Velázquez hizo el primer retrato psicológico con el Papa Inocencio X) y en la que Velázquez se retrata a sí mismo junto a la realeza.
Este gesto sería un ejemplo para el resto los artistas venideros. El artista ya no es un artesano, una herramienta, un medio para otros. El artista es un protagonista en sí mismo, a la altura de los altos personajes de una de las cortes más poderosas del mundo. Ahí es nada.
Picasso se obsesionaría con esta obra, haciendo varias versiones, y convirtiendo a Velázquez en un gigante, mucho más grande que el resto de personajes. Cuatro siglos después, el verdadero protagonista del cuadro ya no eran las meninas, ni los reyes reflejados en el espejo. A nadie le importaba ya Felipe IV, lo que importaba era el pintor. Esta idea es una lección en si misma, porque a pesar de todo el poder de los reyes, con el paso del tiempo lo único que ha permanecido es la inmortalidad del arte y de quien lo ha creado.

Hay infinidad de análisis sobre la técnica, sobre el simbolismo, sobre el hecho de que los reyes aparezcan como una sombra en el espejo del fondo mientras que en las escena principal aparezcan figuras aparentemente secundarias. Velázquez pintó el cuadro directamente sobre el lienzo, sin bocetos previos. Consiguió crear una atmósfera, como si hubiera aire frente a los personajes, y con ciertas partes difuminadas, que sería un antecedente muy temprano de la pintura que vendría dos siglos después. Incluso pintó en la pared del fondo algunos cuadros de la colección real que apenas se distinguen, que creo recordar que eran de Tiziano.
El cuadro tiene tantas capas a nivel técnico y simbólico, que su estudio es inagotable. No voy a detallar aquí todas sus interpretaciones porque este post sería infinito. Sólo os animo a ir a verlo en persona porque, en mi opinión, el precio de la entrada del Museo del Prado se amortiza sólo con ver Las Meninas. Si tuviera que elegir una sola pintura en el mundo entero, sería esta. No os la perdáis en vivo y en directo.
Y aquí termina el recorrido por las obras de arte que más me han impresionado. Espero que os haya resultado interesante. Contadme cuáles son vuestras obras favoritas en los comentarios o en nuestra cuenta de Instagram.

Educadora de museos e investigadora sobre color, estética y cognición.
1 thought on “Las obras de arte que más me han impresionado (2)”