Históricamente, los museos han contado con figuras algo ambiguas como los conservadores, que guardaban, estudiaban y organizaban la colección y el diseño de las exposiciones. Básicamente hacían un poco de todo y no estaban tan especializados ni tenían unas funciones tan definidas como hoy día. También podían contar con guías que enseñaban la colección al público, compartiendo sus conocimientos sobre las obras.
Estos guías no eran exactamente lo que hoy son los educadores modernos. Su trabajo era más bien dar charlas acerca de la información histórico-artística de las obras: fecha, autor, estilo, técnicas, por qué y para quién se hizo, et. Estas charlas eran más parecidas a una clásica visita guiada o a una conferencia, y los visitantes eran un componente pasivo que se limitaba a escuchar.
La mediación en la actualidad
Lo que un educador hace hoy día, además de conocer a fondo todos esos datos para tener una base sólida, es explorar la obra con el público para:
- Enseñarles a mirar detenidamente
- Ayudarles a descubrir por sí mismos qué les sugiere
- Hacerse preguntas
- Ofrecer sus propias interpretaciones
- Plantearse diferentes cuestiones de las que la obra puede tratar
- Comprender distintas etapas históricas y/o políticas
- Ver diferentes roles sociales
- Descubrir otras culturas e ideologías
- Admirar el diseño y la estética de los objetos
- Replantearse qué es el arte y para qué sirve (¡la pregunta del millón!)
- Desarrollar el pensamiento crítico
- Estimular la creatividad
- Descubrir nuevas sensaciones, ideas y representaciones de cualquier tema
- Acercarse a su identidad
- Conectar con sus emociones
- Explorar otras formas de vida y de pensamiento, etc.
Realmente es difícil explicar que nuestro trabajo va más allá de las manualidades. En realidad puede ser una labor fundamental que abarca lo que se llamaría educación no reglada o informal; es decir, la educación que no se da en colegios o institutos y que no tiene un currículum específico. Pero que puede llenar con éxito las lagunas de esa educación formal que, a veces, parece que nos enseña más a repetir como autómatas que a pensar por nosotros mismos.
¿En qué consiste?
La educación en museos puede manifestarse de diversas maneras. Desde la clásica visita guiada por la colección del museo, centrándonos en datos y anécdotas sobre las obras, a actividades más específicas, adaptadas para personas con discapacidad, niños, estudiantes, turistas, familias, investigadores, etc. En ocasiones estas actividades pueden incluir una actividad manual que desarrolle la creatividad, la imaginación o las habilidades motoras. Una actividad que nos ayude a relajarnos, a reflexionar, a conectar con otras personas, a descubrir capacidades que no sabíamos que teníamos, a aprender a través de los sentidos o a desconectar de nuestros problemas y rutina diaria.
La educación en museos consiste en conectar con nuestra identidad y nuestra cultura. Es observar la creatividad con la que diferentes artistas a lo largo de la historia han expresado los mismos sentimientos o ideas de maneras tan distintas. Sirve para comprender la historia, para saber qué cambios han ocurrido en la sociedad y por qué, o para desarrollar el pensamiento crítico y creativo, dos aspectos fundamentales para el aprendizaje que normalmente pasan desapercibidos en la educación tradicional.
¿Qué nos ofrece la mediación cultural?
Los artistas han explorado cuestiones fundamentales a los largo de los siglos: han sido testigos de su época, han retratado la sociedad y el mundo que les tocaba vivir, a veces siendo críticos, denunciando las injusticias y desigualdades sociales, también anunciando los cambios y el progreso…
Son cronistas de sus experiencias personales y su sociedad, por lo que, para nosotros, las obras de arte son como ventanas– ventanas que se abren a otras épocas y otros lugares, a otras culturas y personas.
Gracias a ello, un museo o galería de arte es como un inmenso archivo visual que se puede explorar con cualquier público y para tratar cualquier tema. He visto de primera mano como un museo puede ser un lugar de encuentro, no sólo para colegios, sino para personas mayores, para inmigrantes y refugiados, personas con discapacidad o enfermedades que afectan a su vida diaria, y que pueden encontrar en las actividades culturales un espacio de diversión, relajación y crecimiento personal.
Todo el mundo puede beneficiarse de este servicio sin importar la edad, nivel educativo o país de origen, y todo el mundo puede disfrutar y aprender a través del arte.
En este blog pretendo escribir sobre mi experiencia como mediadora cultural y también ofrecer ideas para actividades, propuestas innovadoras para un aprendizaje diferente, dar ejemplos sobre cómo llevarlas a cabo y resaltar la importancia que el arte y la cultura pueden tener en nuestra educación y nuestras vidas.
3 thoughts on “Qué es la educación en museos y por qué es importante”