«Everything that is real was imagined first»
The Velveteen Rabbit
Siempre me ha gustado esta cita del cuento infantil The Velveteen Rabbit porque explica de manera simple y bonita lo que es la creatividad: Todo lo que es real fue imaginado primero. Todas las cosas que hoy damos por sentadas (la ropa, la comida, el transporte, la tecnología, etc.) que a veces parece que han existido siempre, fueron inventados por alguien que usó su imaginación y su creatividad. La creatividad es una cualidad casi mágica- hace que cosas que antes no existían, existan.
Piensa por ejemplo en algo que uses todos los días, algo a lo que nunca le has prestado mucha atención porque forma parte de tu rutina. Puede ser un bolígrafo, una sartén, los cordones de tus zapatillas, un reloj o una fotografía. Ahora imagina que nunca antes en toda tu vida lo hubieras visto o usado. Luego piensa en la persona, que sin haberlo visto nunca, lo creó de la nada. ¿No te parece increíble? A mi sí. Creo que es una de las habilidades más impresionantes que poseen los seres humanos, y no solo algunos, sino todos. Tú también eres creativo ¿lo habías pensado alguna vez?
Todos tenemos la capacidad de ser creativos aunque algunas personas la usen más que otras. Tradicionalmente, la creatividad se ha asociado exclusivamente a los artistas y en ocasiones a la locura, pero hoy en día sabemos que el pensamiento creativo es algo que todos poseemos.
¿Qué es el pensamiento creativo?
- Tener una idea original o sorprendente que se sale de lo tradicional
- Unir dos ideas que en apariencia no tienen mucho que ver
- Encontrar relaciones poco usuales o que no saltan a simple vista entre dos o más cosas
- Resolver un problema de forma novedosa o llegar a respuestas originales de una forma diferente a la habitual
Como puedes ver, es una definición amplia que no consiste solamente en componer una sinfonía o diseñar una casa, sino más bien en pensar de manera original y probar nuevas ideas.
A veces ser creativo puede ser difícil, incluso cuando lo intentamos. Piensa en todos los artistas que se bloquean o no encuentran la inspiración en algunos momentos. El pensamiento creativo no surge con facilidad, sino que hay que estar en cierto estado mental, un estado relajado, dejar la mente vagar sin enfocarnos en nada concreto. Es en esos momentos cuando notamos que de repente se nos ocurre alguna idea. Entonces, ¿qué podemos hacer para estimular la creatividad? Voy a darte algunas sugerencias:
Ve a dar un paseo
Lo sé, no parece un gran consejo. Sin embargo, es una de las mejores formas de llegar a ese estado de relajación en el que dejamos vagar nuestra mente. Cuando vamos por la calle o estamos en la naturaleza nos dejamos llevar, sin pensar demasiado, y es en ese momento cuando se nos pueden ocurrir las mejores ideas. También puede funcionar cuando vamos en tren, en coche o avión. Al ir sentado mirando por la ventana llegamos a ese mismo estado, contemplando el paisaje y admirando las montañas o las nubes, en que no tenemos el foco puesto en nada concreto.
A mi me encantar ir en tren, sentarme junto al agua o ir andando por la calle observando todo lo que ocurre a mi alrededor. No mirando al suelo y pensando en llegar a casa cuanto antes, sino mirar a mi aldedor como si fuera un turista, con curiosidad. En estos momentos siempre tengo pensamientos interesantes.
Pintar o dibujar
Hace poco me compré una caja de acuarelas y un bloc de dibujo y es una de las mejores cosas que he hecho en los últimos meses.
Cuando era pequeña, me encantaba dibujar y colorear y al crecer, como le ocurre a tantísimos niños y niñas, empecé a pensar que no tenía sentido seguir practicando porque no tenía habilidades artísticas. Esta es una de las semillas que, por desgracia, nos plantan en la cabeza en el colegio o en casa, y que crece con nosotros hasta convencernos de que no sabemos dibujar y es mejor que ni lo intentemos.
Lo he visto miles de veces entre adolescentes y adultos, el constante miedo a quedar mal. Crecimos en colegios donde nos sentíamos constantemente juzgados y cuando hacemos algo de este tipo parece que tengamos miedo a que nos suspendan o a que se rían de nosotros.
Pintar es una actividad sumamente relajante, cuando lo estás haciendo se vacía tu mente y simplemente te dejas llevar. No tiene que ser solo pintar, sino cualquier actividad con las manos: coser, modelar, crochet, collage, lo que más te apetezca. Olvídate de si sabes o no hacerlo bien, eso es lo de menos. Hazlo para ti, porque te apetece, y, si no quieres, no tienes que enseñárselo a nadie.
No tengas miedo al fracaso
Y hablando del miedo al ridículo…he aquí uno de los mayores frenos a la creatividad. El miedo a hacerlo mal, fracasar, a pasar vergüenza o a ser juzgados es uno de los mayores impedimentos que encontramos a la hora de ser creativos.
La creatividad se trata de hacer cosas nuevas y, si pruebas cosas nuevas, te equivocarás y lo harás mal al principio (y puede que muchas veces). Pero si no lo intentas…¿entonces cómo puedes saber si funcionará o no?
Estamos acostumbrados a ver el fracaso como algo que temer o evitar, pero ¿y si lo vieses como un objetivo? ¿y si te propusieses fracasar todos los días? ¿o todas las semanas? si activamente intentases cosas nuevas, con la idea previa de que vas a fracasar y no pasa nada ¿te imaginas cuantas cosas nuevas intentarías? ¿y cuántas cosas aprenderías?
Para obtener inspiración sobre la importancia del fracaso, te animo a que escuches el maravilloso discurso que J.K. Rowling dio en la ceremonia de graduación de Harvard en 2008. Una oda a la imaginación, la creatividad, y a la experiencia que supuso para la escritora haber vivido en la pobreza durante la mayor parte de su infancia y juventud antes de alcanzar el éxito.
Practica el brainstorming o tormenta de ideas
Esta palabra se ha puesto de moda y a mi siempre me hace pensar en una sala de juntas de una empresa norteamericana. Lo que quiere decir es que si quieres hacer algo pero no sabes cómo, empieces a pensar en formas de resolverlo y vayas apuntándolo o diciéndolo todo, tal cual se te ocurra, sin intentar juzgar la idea o decidir si es buena o mala.
Simplemente saca todo lo que se te ocurra y ponlo sobre el papel. Algunas ideas serán buenas y otras no tanto, pero lo importante es no juzgar. Los juicios y la creatividad no se llevan bien, porque a veces las ideas más locas pueden ser las mejores y si pensamos que no son realistas, habremos matado nuestra gran idea antes de empezar.
*Esta idea también funcionaría muy bien en un aula: propón a tus estudiantes que practiquen la tormenta de ideas y que procuren decir todo lo que se les ocurra por irrealizable que parezca. Es una forma de fomentar la participación de los alumnos y de enseñarles a ser creativos. Además probablemente sea divertido ver qué cosas se les ocurren.
Visita un museo
Los museos son lugares generalmente tranquilos y con poco ruido (a no ser que sea un gran museo llenos de turistas). Lugares donde puedes pasear, admirar la creatividad y habilidad de los artistas, dejarte llevar por las emociones que las obras te provocan y sentarte a contemplar la belleza y el diseño de los objetos expuestos.
Puede ser una experiencia contemplativa, reflexiva y relajante. A mi me gusta ir sola porque prefiero ir a mi ritmo y detenerme, o no, todo lo que me apetezca. También me gusta pensar y dejarme llevar por lo que veo. Algunos museos tienen cafeterías o jardines donde puedes sentarte a tomar algo mientras lees, escribes o dibujas después de haber visitado el museo. Esto puede servirte para explorar más a fondo las ideas que se te hayan ocurrido durante la visita.
Si te apetece, puedes apuntarte a una visita guiada o a alguna de las actividades que se lleven a cabo en el museo, lo que también te puede ayudar a desarrollar tu creatividad.
Sé curioso
Seguimos siempre adelante, abriendo nuevas puertas y haciendo cosas nuevas, porque somos curiosos y la curiosidad sigue llevándonos por nuevos caminos.
Walt Disney
Walt Disney sabía muy bien que la curiosidad era uno de los aspectos más importantes de su trabajo y de su empresa. Como anécdota, a Disney se le ocurrió el personaje de Mickey Mouse en un viaje en tren mientras dibujaba en un cuaderno. En ese momento tanto él como su hermano estaban al borde de la quiebra y sin perspectivas de éxito. En esta pequeña historia se unen todas las ideas que he comentado hasta ahora: el viaje en tren, dibujar, dejar que vuele tu imaginación sin juzgar lo que vaya surgiendo y afrontar el miedo al fracaso.
Sin cursiodad, no seríamos creativos, no nos haríamos preguntas ni exploraríamos nuevas formas de hacer, de pensar ni de vivir. Sin curiosidad, los artistas no experimentarían con nuevas técnicas o medios, ni nuevas formas de contar historias, y el arte no habría cambiado ni evolucionado. El cine no habría sido inventado, ni la fotografía, ni los cómics, ni la escritura.
Estamos acostumbrados a que los niños sean curiosos y hagan preguntas constantemente, a que pregunten por qué acerca de las cosas más pequeñas y obvias para nosotros. Los adultos dejan de cuestionarse el mundo en algún momento del camino, entran en la rutina y dejan de ser curiosos.
Pero no tiene que ser así: podemos ser curiosos toda nuestra vida y seguir aprendiendo, y preguntando, con una mente abierta, acerca de todo. Investiga sobre lo que te llame la atención y cuestiona el conocimiento establecido.
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