¿Qué es el pensamiento crítico?
El pensamiento crítico consiste en usar la razón y la lógica para analizar la información que recibimos, entender la conexión entre las ideas y decidir qué es verdad, qué argumentos tienen más importancia y cuál es nuestro criterio al respecto.
Consiste en desarrollar un pensamiento propio que, en vez de asumir de manera pasiva las ideas de otros; analiza, elige y desarrolla por sí mismo lo que sabe y lo que piensa.
Esta habilidad también te hace ser crítico con tu punto de vista y te hace estar abierto a la posibilidad de que estés equivocado. Es decir, te hace ser consciente de que quizá no tienes toda la información y que nuevas ideas o hechos pueden llegar y contradecir tu pensamiento.
Por lo tanto, cuando utilizas tu capacidad para pensar críticamente:
- No asumes como cierto todo lo que oyes de manera inmediata.
- Dudas y analizas la información para determinar si estás de acuerdo o si te parece verdadera o falsa.
- Eres capaz de desarrollar tu propio criterio sobre un tema.
- Estás abierto a poner en duda tus propias creencias y conocimientos ante nueva información relevante.
- Puedes tomar mejores decisiones basadas en tus propias reflexiones.
- Si usas el pensamiento crítico, será más difícil que te manipulen con información falsa.
¿Por qué es importante desarrollarlo?
Vivimos en una era sin precedentes en cuanto al acceso a la información: Internet ha hecho posible que podamos aprender casi cualquier cosa online. Pero al mismo tiempo, también es muy fácil que la información a la que accedemos sea dudosa, porque Internet no tiene filtros.
Las noticias falsas están a la orden del día. El hecho de que cualquiera pueda publicar cualquier cosa es algo positivo y negativo al mismo tiempo. Significa que muchas personas que tienen talento y buenos proyectos, ahora tienen muchas más posibilidades de ponerlos en marcha de manera digital. Pero también significa que muchas personas y empresas con intereses egoístas, pueden llenar la red de noticias que manipulan la información.
El pensamiento crítico es nuestra mejor herramienta para navegar la sociedad de la información. Si no usamos nuestra capacidad crítica, seremos presa fácil de la manipulación, ya sea de la política, de la prensa, la publicidad o cualquier otro colectivo con poder. Este es uno de los motivos por los que la educación y la alfabetización son obligatorios en muchos países, porque son nuestra principal herramienta para decidir por nosotros mismos.
Cómo usar el arte para potenciar el pensamiento crítico
En el blog ya hemos analizado algunos métodos que potencian el pensamiento crítico, como la educación a través de preguntas y explorar obras de arte a través de la comparación. Vamos a ver otras actividades que pueden servir, al mismo tiempo, para descubrir obras de arte y para desarrollar el pensamiento crítico.
Explorar el género del retrato: escribe una biografía en 6 palabras
Un ejercicio muy divertido para hacer en grupo y trabajar con retratos. Puede ser una foto, una pintura o una escultura, lo importante es que represente a una persona. Divide a tus estudiantes en varios grupos y pídeles que escriban una biografía del personaje en 6 palabras, basándose en lo que ven y lo que les transmite. Después, contrastad las biografías escritas por cada grupo y llevad a cabo un pequeño debate sobre sus elecciones.
Al debatir y contrastar opiniones ejercitamos nuestra capacidad crítica y pensamos más a fondo en lo que hemos elegido y por qué. Al mismo tiempo, desarrollamos nuestra capacidad de observación y de asociación, porque debemos suponer la vida del retratado sólo con su imagen: ¿lleva un uniforme? ¿qué indican sus ropas? ¿es rico o pobre? ¿de dónde es? ¿es alguien poderoso? ¿a qué época pertenece? ¿cuál es su estado de ánimo? ¿puedes ver su carácter en el retrato?
Arte conceptual: Una y tres sillas
Hay una obra de arte conceptual que siempre me ha hecho pensar, del artista Joseph Kosuth: Una y tres sillas. La obra consiste en una silla de madera, una fotografía de esa silla, y la definición escrita de la palabra «silla» según el diccionario. Las tres versiones de la silla aparecen juntas. Esta obra plantea varias preguntas interesantes: ¿cuál de las tres es «la silla»? ¿lo son las tres o solo el objeto físico? ¿la imagen y la representación en palabras del concepto silla son tan reales como la silla en sí? ¿es el lenguaje lo que hace reales los conceptos y las ideas? ¿si no tuviese un nombre, ni una definición, sabríamos lo que es una silla?
Esta obra puede suponer un debate muy interesante con un grupo de estudiantes de secundaria o universitarios (o de adultos). Lo que en apariencia puede parecer absurdo, se convierte en un auténtico cuestionamiento de nuestra visión del mundo, del lenguaje y del arte.
Si te desconcierta esta obra y necesitas un poco de ayuda para comprenderla, te animo que leas la guía para entender el arte conceptual. Si no te gusta este ejemplo en concreto, recuerda que casi cualquier obra conceptual puede iniciar una buena conversación que desarrolle el pensamiento crítico, sólo tienes que buscar una que se ajuste a tus gustos y objetivos.
Un reto de diseño: cambio de tema
Esta actividad la vi por primera vez cuando el diseñador Manuel Estrada la realizó en un taller con un grupo de estudiantes de diseño y me pareció una gran idea.
Estamos acostumbrados a que, cuando hacemos algún trabajo, podemos elegir y preparar primero los temas sobre los que vamos a hablar. No solemos estar bien equipados para improvisar ni para hacer algo en lo que no habíamos pensado previamente.
Esto es justo lo que propone esta actividad. Divide a tu grupo de estudiantes (ya sean adolescentes o adultos) en grupos y pídeles que escojan una idea y que diseñen un logotipo que la represente (también puede ser la ilustración de un cuento, poema o libro). Cuando estén listos y hayan elegido lo que van a hacer, explícales que tienen que cambiar su idea con el grupo de al lado, de manera que nadie hará el proyecto sobre el tema escogido, sino que tendrán que trabajar sobre la idea de sus compañeros.
Esto los dejará un poco descolocados y hará que tengan que esforzarse mucho más, porque no podrán trabajar con su idea, sino con la de otros. El trabajo en equipo y la colaboración entre varias personas son muy útiles en el desarrollo del pensamiento crítico, y tener que entender y desarrollar ideas que no son originalmente tus preferidas, también.
Es al mismo tiempo un ejercicio creativo, porque tendrán que comerse bastante más la cabeza al partir de cero con algo para lo que no se habían preparado.
Debates: a favor y en contra
Seguro que sabes que muchas de las Vanguardias artísticas, empezando con el Impresionismo, no tuvieron muy buena acogida cuando surgieron. El mismo nombre «Impresionismo» fue un título que le dio un crítico a la exposición independiente que organizaron los artistas que hoy conocemos como impresionistas. Al llamarlo Impresionismo no pretendía ser amable. Más bien era un insulto, aunque hoy nos cueste entender por qué le resultó un estilo tan poco atractivo.
A partir de ese momento, unas tras otra, las Vanguardias empiezan a surgir a un ritmo vertiginoso y la mayoría eran tan diferentes al arte anterior, y tan extrañas para el público, que la mayoría no tenía muy buena opinión de ellas.
¿A dónde voy con todo esto? Pues que las opiniones sobre las obras de arte y lo que se ha considerado arte o bello, cambia constantemente. Muchas de las obras de arte que hoy consideramos un icono, fueron despreciadas en su día. La torre Eiffel es otro ejemplo, un monumento que no gustó nada cuando se hizo y hoy es uno de los edificios más famosos del mundo.
Así que te propongo que escojas alguna obra de arte que fuera polémica en su día, o que lo sea hoy, y dividas a tu grupo en dos: a favor y en contra. Un grupo debe defender la obra y la otra atacarla, no importa cuáles sean sus opiniones personales. Después puedes cambiar de obra y cambiar los grupos, los que antes estaban a favor, ahora estarán en contra y viceversa.
Defender algo con lo que no estamos de acuerdo puede ser todo un reto, por eso es interesante ponerte en los zapatos del contrario e intentar ver su punto de vista.
¿Qué es el arte y para qué sirve?
Esta pregunta es muy difícil de responder para casi cualquier persona. Sin embargo, el arte es tan antiguo como el ser humano. Casi todas las formas de arte que conocemos existían ya en el Paleolítico: las pinturas rupestres, las figuritas de piedra y los dólmenes son los primeros ejemplos de pintura, escultura y arquitectura.
Pero no sólo eso, sino que en el Neolítico ya existían los primeros instrumentos musicales que darían lugar a las tres grandes familias de instrumentos: silbatos (viento), el arco ( que es el origen de todos los instrumentos de cuerda) y palos de madera (la percusión). Podemos asumir que también había alguna forma de canto y representaciones que fueran ejemplos primitivos del teatro y el baile, ademas de historias que se transmitían oralmente (el origen de la literatura).
Aunque nuestra sociedad se empeñe en decirnos que las artes y humanidades son asignaturas prescindibles, o que el arte no sirve para nada, el ser humano ha creado arte desde el inicio de su existencia, y a día de hoy sigue presente en todas las formas de civilización y en todos los rincones del planeta.
Entonces ¿por qué cuando le preguntamos a alguien para qué sirve el arte no saben responder? ¿qué funciones tiene en la sociedad? ¿por qué es importante? ¿qué es arte y qué no lo es?
No hay ninguna respuesta claramente correcta o incorrecta a estas preguntas, pero pararse a pensar en ellas y discutirlo en grupo puede arrojar algo de luz sobre el gran misterio que sigue siendo la creación artística y ayudarnos a decidir cuál es nuestra opinión al respecto.
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